Algo a lo que yo de verdad llamo amistad

Un día me dijeron que eso de la amistad duradera no existía, que eran simples cuentos de hadas para vivir más felices en un mundo lleno de mentiras. Un día me lo llegué a creer, no encontraba a esa persona que me alegrara los días con una mirada, que me protegiera del daño cuando más lo necesitara y que me secara las lágrimas a la mínima gota que cayera. Pero como todas las veces me confundí, y me alegro de ello. Por que al final encontré a esa pieza que del todo me completaba, que con tan solo una sonrisa sabía perfectamente que me decía que me quería como a una hermana, y que me quería para siempre. Un siempre que jamás me cansaré de repetírselo para que cada día esté más presente en nosotras. Somos diferentes, cada una por su lado, no necesitamos doscientos te amo, o recordarnos lo bonito que es tenernos al lado. Tampoco es la que me insiste para que le cuente algo, es la que se queda esperando a mi lado, callada sin dar ruido a esperar a que yo esté preparada y poder contárselo. Somos polos opuestos, pero justamente por eso es por lo que no podemos separarnos. Ella me enseña a ser más fuerte cada día, a levantarme cada vez que me caigo y me vuelvo a caer, cada vez que sufro y sentir que también ella lo hace. Es bonito poder levantarse cada mañana y tener a personas así a tu lado, que te cuiden y te quieran como a ninguna otra. Hoy también hace ya dos años que la encontré, a esa persona tan grande y bonita en mi vida, que no parará de serlo hasta el resto de ellos. A si que quiero hacer amago a que encontréis a esa persona, la que sepáis que jamás pase lo que pase os fallara, y que tampoco esperará nada a cambio por todo eso. Gracias por enésima vez en estos dos años, gracias por ser mi amiga, por alegrarme la vida como ninguna otra y hacérmelo ver. Te debo una vida entera, y está será mi mejor condena, simplemente si estás tú