Algo a lo que yo de verdad llamo amistad

domingo, febrero 12

Centímetros nos separan pero una historia entera nos mantuvo unidos

Esa mirada perdida, ese movimiento de pelo y los constantes movimientos. Estoy a tu lado, siento tu nerviosismo en las manos, no paras de moverte y algún que otro cruce de miradas aparece de entre la oscuridad. Yo también me siento rara, confundida de aquella extraña situación, hablamos por hablar, nada importante, para no caer en el incómodo silencio que tanto nos mata. Siento tu olor, apenas centímetros nos separan, miro al suelo, sube la mirada y otra vez hacia abajo. Apoyas tu espalda en el respaldo de la silla, vuelves a colocarte el pelo por enésima vez y tu también giras la cabeza en dirección al suelo. No sabes que hacer, o como actuar, tranquilo yo incluso menos. Me dijiste hace algunas semanas que no sentías nada hacía mí, y que nunca más nada volvería a ser como antes, me pediste que fuera tu amiga, te diera dos besos si te veía por lo calle y nos contáramos nuestros pequeños secretos. Todo eso sigue grabado en mi cabeza, no lo he  olvidado, pero ¿porque te resulta tan difícil? Acuérdate que fui yo la que te estuve esperando, y tu el que echaste a correr. Tenías miedo, miedo a sufrir como yo, miedo a perder el orgullo, a llorar, está claro, miedo simplemente a caer en el amor, a enamorarte. Losé, lo noto en tu mirada perdida, y en tus pequeñas sonrisas sin sentido. Hay algo que no va bien, que falla, bah lo dejaré, porque un día me prometiste que el siguiente en dar el último paso serías tú, y aún lo sigo esperando

No hay comentarios:

Publicar un comentario