Gracias por abrime los ojos, por saber que día a día te importo cada vez menos. Que todo lo que sale por tu boca no son más que estupidas tonterias, unicamente para mantenerme contenta y que no moleste a nadie. Simplemente porque tú serías la única persona molestada, y agobiada con mi presencia. A si que ahora te toca a tí, te toca abrir los ojos, y dejar de mentir, de esa manera que me recome por dentro, que no me deja respirar. Gracias por los todos lo momentos, seguramente perdidos en quien sabe donde. Momentos mágicos olvidados en los recuerdos. Estupidos recuerdos, los que no hacen más que comerme la cabeza por dentro. Estupidos momentos, los que alguna vez me arrentiré de haber estado contigo. Con esa persona que no dejaba nunca de ser la más importante pero al mismo tiempo la que más daño me hacía.
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