Tantas preguntas, y ni tan solo una simple respuesta. Una respuesta que me haga ver que de verdad puede cambiar algo, que puede ser diferente esta vez, que nada más me va hacer pensar de ese modo. Una respuesta que sepa contestar sin temor a lo que los demas piensen, una respuesta que te tenga conmigo siempre a mi lado, para siempre. Una respuesta que en cada momento sea cierta, que no me he equivocado, que he echo la mejor decisíón. Pero al mismo tiempo demasiadas preguntas al aire, sin dueño, sin nadie para contestar, con tantas dudas volando que no se cual elegir por miedo a tropezar en ese pensamiento. Preguntas que flotan tranquilamente, pasajeras, por encima de mi cabeza, torturandome día sí y día también, haciendome pensar cada vez que mi lucha por ser feliz contigo sea mucho más difícil. Montones de preguntas que al final se pierden en mi cabeza sin dejar de existir, intentando pensar por mi misma. Pero ni una respuesta que me mantenga pegada a tu lado, ni una simple afirmación, ni tan siquiera un simple te quiero, esos que me dices continuamente, esos que cada vez se van haciendo mucho más borrosos, simple, falsos. Como toda respuesta que tu me puedas dar, como todas las preguntas que aún siguen buscando por mi cabeza un dueño, un dueño que les diga de verdad cuál es su destino. Espero que algún día esa simple palabra o pequeña frase, no muy larga, pero que contenga demasiado en su significado, llegue justo cuando menos me lo espere, y de esa persona que sigue siendo tan especial para mi. Pero... ¿qué digo, al final quien se va a dar por aludido?
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