No creo que se necesite ser perfecto para poder conseguir lo que nosotros siempre soñamos. Ni que se necesite ser más grande y fuerte para tener que superarse a uno mismo. No creo en esas personas que dicen que el mundo es perfecto, que nada malo podrá ocurrir, solo pienso que todas ellas son las que de verdad tiene miedo, miedo a chocarse con una pared al abrir en ese momentos los ojos, miedo a darse cuenta que siempre tiene que haber una vez en la que fallemos, que no sepamos para donde dirijirnos. Y son esas personas las que viven en su mundo marivolloso y perfecto subidos a una nube sin saber que al final todo se acaba y que nada es para siempre.
Tampoco creo en esas personas amargadas que solo ven lo negativo de las cosas, pensando siempre en lo peor. Personas que no se juegan ni un duro por ver la parte buena de la vida, por verse por un momento feliz, sonriendo. Personas que viven encerradas en una bola de cristal para que nada pueda hacerles daño, cuando son ellas las primeras en pensar lo peor.
Pero lo peor llega cuando se piensa y se vive de esa forma, pensando en un mundo perfecto o solo mirando los defectos que tiene la vida. Sabiendo que hay personas en mínimas y extremas situaciones que se comen la vida paso a paso, sonriendo a los buenos momentos y luchando contra los malos. Personas que llegaran mucho más lejos con su optimismo, pero siempre con respeto, sabiendo que siempre puede haber momentos menos deseados. Pero pueden ser esos momentos los que más fuertes nos hagan, los que nos enseñen a aprender y no volver a chocar con la misma pared.
A si que deja de pensar en la vida en un solo color, coge un pincel y llenala de todos los colores del arco iri, uniendo todos los colores para formar una sola bandera para todo el mundo. Levantate de la cama todos los días con una sonrisa, esa sonrisa que hará diferente tu día a día, esa sonrisa que haga poder soñar en todo momento.
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