Subes corriendo, te escondes detrás de esa piedra, esa grande y pesada, paso al lado de ella, saltas encima mia, caemos los dos al suelo, y reímos. Me levantas haciendo un pequeño esfuerzo, subimos los dos cogidos de la mano hacia ese pequeño castillo que desde niños los dos queriamos ver, y soñar siendo nosotros los reyes. Y ahora mismo lo somos, llegamos hasta nuestra cima, hasta la torre más alta, y grito, el me sigue y grita también, fuerte para que todo el mundo se entere de que somos libre, de que deseamos escapar del mundo real, y vivir nuestro propio cuento de hadas. Y allí, los dos mirando al horizonte aparace algo que me sobresalta, justo ahí, doy un paso hacia atrás, me tropiezo con ese pequeño escalón que desde un principio desconocía, pero ahí está él, para cogerme, extiende sus brazos y afortunadamente caigo sobre ellos, protegiendome de ese golpe que me había dado. Me coge por la cintura, me sube a a caballito y corremos queriendo investigar cada parte de esa pequeña escena de nuestro amor, cansados de correr y de reír, paramos. Me apoye en una pared y caigo rendida al suelo, aparece a mi lado rapidamente y me apoyo en su hombro, observamos los dos en silencio el paisaje, un paisaje verde y completo de flores. En ese momento se me ocurrió algo, me levantó rapidamente y corro, él instintivamente me persigue. Al final llegamos a mi destino, un campo enorme y preocioso. Me tumbo sobre todas esas pequeñas flores, que me hacen cosquillas por todas partes del cuerpo. Se me acerca lentamente y me besa feliz, como nunca ninguno de los dos lo había estado, me levanta y me vuelve a repetir esa misma palabra al oido, la que me hace querer comerme el mundo solamente si lo tengo a él agarrado a mi mano... Pero otra vez ese ruido sordo del despertador me sobresalta, pero esta vez con una sonrisa, pensando que ese sueño alguna vez se me cumpla
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